jueves, 13 de diciembre de 2007

AMISTAD

Y mira como se intentan definir los sentimientos prácticamente indefinibles. Pero es difícil resistirse. Y a lo largo de la vida de uno, y en su humanidad, uno va cambiando cada día las palabras que intentan tan difíciles definiciones. Y cuando crees, por fin, conocer la razón, el sentido y el porqué de las cosas... cambias.

Si hablamos de amor, de cualquier amor, da grima escuchar como los intentos de definición de muchos pasan por, casi siempre, exigencias.

El amigo es el que está siempre, el que te apoya, el que te entrega su ayuda cuando más lo necesitas, el que te perdona cuando nadie lo hace. Es decir, si quieres ser mi amigo entonces TIENES QUE....

Bueno, es humano pensar así. Pero... en esa humanidad, ¿no se nos olvida la humanidad del otro?

Yo no entiendo los sentimientos como una exigencia. En todo caso, como un deseo. Y al final, para mi, insisto... para mí, cualquier sentimiento se basa en el calor. Y si hablamos de la amistad o la pareja (de la que digo ser una relación de amistad... pero con algunas exigencias y deseo), es inevitable que hable del calor.

Y es que nadie mejor que uno mismo para saber cuando alguien es tu amigo. A veces, incluso, no es necesario que haya una relación bilateral de amistad, aunque a la larga, si no se da, es difícil que perdure.

Alegrarte por ver a alguien, desear pasar un rato hablando de cosas superfluas con cierta persona con la que te gusta estar, llamar una vez al año para recordar simplemente que estás ahí... y que esa persona huela a café. Calor. Calor de dos, de tres, de veinte...

Bromear de lo imbromeable, reírte de las desgracias, insultarte de broma, guiñar un ojo, echar el brazo por encima, dar un abrazo, sonreir al recordar y reírte de un pedo. Decir que no porque no te apetece sin temor a perder nada, y decir que sí y pedir cuando te apetece sin importar una negativa. 

No decir jamás "si eres mi amigo entonces haz...", y no escuchar jamás "si eres mi amigo entonces haz...", chantajes no. Poner cara de "penita" y gritar "por favor, por favor, por favor" y enfurruñarse al no conseguir nada. No poner excusas al "hoy no me digas" o "hoy no cuentes conmigo". Y discutir, discutir, discutir... Calor.

Sí, esas cosas sencillas, simples, que valen más que un secreto. Tener cariño... querer a alguien porque sí. Con todos sus defectos y virtudes. Y saberte incapaz de hacer algo que pueda dañarle. Cabrearle... sí, pero dañarle no. Calor, y calor en el frío. Eso, todo eso, es lo que le hace sentir a uno que habla de un amigo.

Tendrás amigos que se les va la pinza, amigos que no son capaces de guardar un secreto, y amigos con los que no puedes contar para ciertas cosas. Y tener los mejores amigos, esos que tanto se equivocan. Son calor, y les quieres. Y cuando te sientes solo, terminas pensando en ellos recordando que no lo estás, aunque no estén.

"Tengo ganas de tomarme una cerveza contigo". A la pregunta de "¿porqué soy tu amigo?", responder tras el silencio... "porque eres tú". Eso, tan simple... es calor, amistad.

Para todo lo demás, supongo que mastercard.


Alan-h
El último Vr

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