martes, 18 de noviembre de 2008

INVULNERABLES



Debe ser parte de nuestra naturaleza humana. Así nos solemos sentir ante las desgracias ajenas. Ningún accidente, ninguna extraña enfermedad y ni siquiera, una dolencia habitual. A nosotros no, eso siempre les pasa al resto.

Uno deja de ser prudente con el coche por que los accidentes siempre les pasa a los demás.

Si el condón no se pone un día no pasa nada, yo no voy a tener un hijo por error y desde luego no voy a coger una enfermedad de transmisión sexual. Con quien yo me acuesto tiene buena salud.

El tabaco sólo hará daño a los demás. Mis pulmones son más fuertes que todo eso, y siempre hay un abuelo que vivió hasta los 120 años fumando puros y bebiendo vasos de vino.

Uno siempre controla. Caer en la droga o en el alcohol cuando sólo se tontea con ellas los fines de semana y con el único fin de divertirse... es algo que le pasa a otra gente. Uno es más inteligente que todo eso.

Cuando "uno", se llame Juan o Juanita, que está cerca de nosotros, deja de ser invulnerable, entonces nos lo pensamos dos veces. Un día, una semana, un mes... pero al final nuestro cerebro vuelve a hacernos pensar que lo somos. Volvemos a ser invulnerables.

Tanto, que podemos andar por una cuerda floja, porque uno nunca se cae... eso sólo le pasa a la gente de la tele, y lo más, a algún vecino.

Pero no te tortures, no es culpa de uno mismo. Es posiblemente otra característica, quizá no general pero si muy genérica, que tiene el ser humano. Creerse invulnerable.

Quizá sólo hay un momento en que lo logra: con la muerte. Y si así fuera, paradógico sería... pues llega a serlo cuando no puede pensar que lo es. ¿O sí puede? Si puede, entonces tampoco sería invulnerable.

Alan-h
El último Vr

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